Otra prueba más del desprecio que sienten por los derechos de los demás -y si son andaluses, pues peor-, todos estos mallorquines ultra catalanistas que dejan a la altura de una babucha a los franquistas más recalcitrantes. Y estos despreciables talibán de la lengua catalana llaman fascistas a los demás.Ni siquiera en los momentos más duros del Movimiento Nacional, con El Caudillo como Jefe de Estado al timón, habían ocurrido cosas parecidas. Ni siquiera esa Unidad de Destino en lo Universal se atrevió en casi 40 años de dictadura a cercenar el derecho de cualquier español ha decidir libremente el lugar de residencia y el trabajo a desarrollar dentro del territorio nacional.
Ese derecho, en aquellos tiempos universales y en estos constitucionales, no puede ser sobrepasado por Reglamentos desarrollados al amparo del Estatut d’autonomía a sas Illas Balears y que atentan contra la Constitución al defender los derechos de unos, pero pisotear los de otros.
A estas alturas y después de conocer el comportamiento sanguinario, rapiñoso y de mentira católica (la invasión árabe jamás ocurrió tal como la cuentan), que durante mas de 700 años han cometido los reyes bárbaros del norte contra Andalusía y sus, en otros tiempos, cultas gentes (mi gente), no me siento especialmente “español por los cuatro costados”, pero mientras no se cambie la legalidad vigente mediante los cauces democráticos establecidos –haberlos, háilos, solo que desgraciadamente para mí hay que convencer a muchos millones de españoles), esa es la Carta Magna de todas la nacionalidades que conformamos el Reino de las Españas y hay que respetarla, acatarla y cumplirla, de momento.
Nosotros los andaluses tenemos que soportar que cualquier pela gatos catalán o balear vaya a Andalusía (o Extremadura que también adoro), y pueda opositar al puesto que él considere oportuno y se crea preparado para él. Un andalú que quiera opositar a ese puesto arriba reseñado, pues como no sepa catalán, a la mierda que es su sitio.
